La Mezquita Azul de Estambul es la más importante de Estambul.
Se ordenó construir por el Sultán Ahmed I y fue inaugurada en el año 1617.
Su magnífica arquitectura exterior combina armoniosamente con su esplendoroso interior, logrando crear un esplendoroso lugar en el cual los turistas gozarán de una magnífica visita.
El interior de la Mezquita Azul es igual de asombroso como su exterior, y no es para menos, debido a que posee en su interior miles de azulejos de un resplandeciente y luminoso color azul.
Y por esta razón es considerada como la gran última obra del arte otomano.
Ahora que sabemos un poco más del Interior de la Mezquita Azul de Estambul es momento de conocer su historia.
Arquitectura y exterior del edificio
El diseño del edificio proviene de la mezcla de estilos entre las iglesias bizantinas y la tradicional mezquita turca.
Su arquitectura es una mezcla de elementos bizantinos al igual que su vecina la Iglesia de Santa Sofía.
El sultán encargó la construcción al arquitecto Sedefkar Mehmet Ağa, mano derecha del conocido Sinan (Mimar Koca Sinan ibn Abd al-Mannan, Sinaneddin Yusuf, fue un conocido arquitecto otomano).
Este fue el autor de la mezquita de Solimán, que también se encuentra en Estambul.
La mezquita está fabricada mayoritariamente de piedra y el mármol, y su forma no es la ideal, ya que el arquitecto tuvo que amoldarse al terreno donde se construyó.
La mezquita tiene un interesante conjunto de cúpulas apoyadas sobre 4 pilares que fueron sobredimensionados, razón por la cual la cúpula principal del edificio no es tane stilizada como podría haber sido.
Un dato muy interesante que vale a la pena mencionar es que en la entrada oeste de su gran patio hay una gran cadena de hierro para que hacía que el sultán se tuviera que inclinar como gesto de sumisión ante Alá.
Enormes dimensiones
Las dimensiones de la Mezquita Azul es el reflejo de la grandiosidad del Imperio del Sultán Ahmed I. Además, está emplazada frente a la famosísima Iglesia de Santa Sofía, hecho que por sí mismo es digno de grandiosidad.
Una construcción de tal magnitud, requería una extraordinaria organización. Es uno de los monumentos más impresionantes del mundo, no sólo por su belleza sino también por sus impresionantes dimensiones.
La Mezquita Azul de Estambul tiene dimensiones muy parecidas a Santa Sofía, pero es digno de mencionar que las medidas del templo son gigantescas, para darnos una idea podemos mencionar que el patio presenta el mismo tamaño que la sala para orar.
Pero ahora es momento de conocer un poco del interior de este monumento.
Los minaretes
Así como la construcción de la mezquita generó bastante polémica por la procedencia de los fondos económicos para su financiación, también causó polémica o fue un tema de discusión la construcción de los minaretes.
La intención del sultán era construir una mezquita que mostrase la majestuosidad y grandiosidad de su imperio, y para eso fue necesario que se levantarán seis minaretes, lo cual nuevamente generó discrepancias y provocó descontento.
La Mezquita Azul destaca por contar con un total de 6 minaretes.
Su construcción fue muy controvertida, ya que cuando se levantó solo había otra mezquita con ese número y era la de La Meca. La solución del sultán fue hace un minarete más en La Meca.
La llamada a la oración se hace por medio de megafonía y puede escucharse desde cualquier punto de Estambul gracias a la réplica que hacen otras mezquitas más pequeñas repartidas por toda la urbe.
Patio exterior
El patio es enorme y cubierto de mármol de la isla de Mármara, la cual era famosa en la antigüedad por sus esplendorosas canteras de mármol, eran los mismo que suministraron el material a la ciudad de Constantinopla, y que fue utilizado en la mayoría de las construcciones importantes.
Retomando el tema del tamaño del patio exterior, éste tiene el mismo tamaño que el interior de la sala de oración. En el centro, está la Fuente de las Abluciones, hoy en día se utiliza por los fieles para lavarse antes de la oración.
Visitando el interior de la mezquita azul
El nombre de Mezquita Azul proviene del color de los azulejos que decoran su interior, en especial la cúpula central, un lugar impresionante y que quedará en tu retina para siempre.
Aunque el exterior de la mezquita es impresionante, esto no le hace sombra a su magnífico diseño interior y en conjunto son el dueto perfecto que genera una atmósfera muy especial de misticismo y grandiosidad.
Desde nuestro punto de vista la mejor forma de verla es por medio de una visita guiada, con lo que tenemos la ventaja de que el guía nos contará la historia de este templo religioso, sus características más interesantes y nos ayudará a comprender la importancia de este lugar. Nosotros hicimos esta visita que incluía un paseo en barco por el Bósforo.
Consejos y recomendaciones para visitar la mezquita
Antes de entrar es preciso descalzarse y se recomienda entrar con ropa apropiada. En el caso de las mujeres, por costumbres religiosas deben llevar los hombros y el pelo tapado.
En caso de que las mujeres no lleven algún velo u otro accesorio para cubrir su pelo, en la entrada les proveerán lo necesario para poder entrar. Es importante mencionar que durante las horas de culto la mezquita está cerrada al turismo.
El interior de la mezquita
La Mezquita Azul de Estambul está formada por una sucesión de cúpulas, que van aumentando de tamaño hasta llegar a la gran cúpula central, esto visualmente deja boquiabiertos a sus visitantes.
Sus dimensiones son enormes, la cúpula central tiene 23 metros de diámetro y 43 metros de alto. Es, aproximadamente, el doble de grande que la basílica de Santa Sofía. Impresionante, ¿verdad?
Los interiores están revestidos por miles de azulejos de color azul y están decorados de especies vegetales como tulipanes, flores, frutas y cipreses. Los azulejos se fabricaron en la antigua ciudad de Nicea y se realizaron a mano.
El interior de la mezquita está iluminado con espectaculares vidrieras y decenas de lámparas.
Su inmenso tamaño y su majestuosa decoración dejan cautivados a los turistas que diariamente la visitan.
Hasta hace poco la mezquita estaba decorada con gran cantidad de piedras preciosas, oro y demás ornamentos, pero hoy en día se ha quitado la mayoría para llevarlo a museos de la ciudad.
Las vidrieras y azulejos
En la época de la construcción de la mezquita azul, la mayoría de los materiales provenían de diversos lugares, en el caso de las vidrieras, éstas fueron regalos que provenían de Venecia.
Hoy en día éstas han sido sustituidas por vidrieras mucho más modernas.
Los 20.000 azulejos de cerámica de Izmit se colocaron en las diversas paredes y pilares de la mezquita, los azulejos lúcidos de la mezquita y los versos en árabe en las cúpulas provocan muchas emociones en sus visitantes, sentimientos de paz y tranquilidad acompañados del misticismo provocado por el ambiente del lugar son un verdadero agasajo para los sentidos.
Entradas – Precio y horario de la mezquita azul de Estambul
La Mezquita Azul abre sus puertas al público todos los días de 9:00 a 19:00 horas (exceptuando el cierre durante los horarios de oración). La entrada es gratuita para el público en general.
Ten en cuenta que se encuentra frente a la conocidísima basílica de Santa Sofía, ubicada en la plaza Sultanahmet.
Algunas actividades que puedes realizar para conocer mejor la mezquita son las que te muestro a continuación:
- Mezquita Azul y Santa Sofía Tour en grupo reducido
- Visita a la Mezquita Azul, la Cisterna Basílica y Santa Sofía
Historia de la mezquita de Azul o Sultanahmet Camii
Sabemos que es uno de los templos religiosos más bellos de Estambul y del mundo, su nombre es debido a el color de los azulejos que decoran su interior, por tanto ahora conozcamos algo de su historia.
La Mezquita Azul de Estambul fue construida entre los años 1609 y 1617 bajo las órdenes del sultán Ahmed I.
Para el sultán, la intención era que la mezquita fuese la primera de su Imperio y así fue. Se levantó junto a la Iglesia de Santa Sofía, que era la basílica más venerada de Estambul en esa época.
El descomunal tamaño de la mezquita hizo que fuese necesario derribar parte de los edificios que estaban alrededor, de hecho, una parte del templo descansa sobre los cimientos del Gran Palacio de Constantinopla.
Finalmente, en el año 1617 fue inaugurada, aunque no se terminó durante el sultanato de Ahmed I, sino de Mustafá I.